viernes, 17 de abril de 2015

La tecnologia y su ayuda con los discapacitados

Combinando su amor por la programación y sus ganas de facilitar la vida de personas con discapacidad visual, Daniela Sáez, estudiante de segundo año de Ingeniería Civil Telemática, junto a su amiga Sofía Carrasco, de primer año de Ingeniería Civil Electrónica, ambas de la Universidad Santa María (USM), en Venezuela, crearon el I-Sense: un prototipo robótico con distintos sensores de tacto y de luz, capaz de ayudar a personas no videntes a ubicarse y reconocer mejor el ambiente. El proyecto hoy acumula una abundante trayectoria y se ha presentado internacionalmente.

Todo comenzó en el taller de robótica del Liceo 1 Javiera Carrera en 2011, cuando Daniela –siendo alumna de esa institución– asistió a un curso de programación en NQC presentado en la USM por alumnos del Plantel. Incentivadas por su profesora para participar en la feria Explora Conicyt, Sofía y Daniela crearon su primer prototipo, un “emulador sensorial” a base de un kit de Lego consistente en una caja o “cerebro” del robot, conectada a través de cables a sensores de luz, de tacto y ultrasonido ubicados en las extremidades de una persona.

Esta introducción en el mundo de la ciencia aplicada las llenó de entusiasmo y así en 2013, las jóvenes científicas comenzaron a trabajar en un siguiente prototipo, más cómodo y mejor acabado. Gracias a sus propias gestiones, ganaron un espacio para presentar esta nueva versión de su proyecto en una muestra de MakerSpace, y luego, el mismo año, participaron en la feria de emprendimiento juvenil JumpStart Chile, donde obtuvieron nada menos que el primer puesto en la categoría nacional.

Gracias a esto, en 2014 viajaron a representar al país en la Gala de Emprendimiento Juvenil Mundial de NFTE en Washington, EEUU. “Nos dimos cuenta de que en Estados Unidos tienen otros sistemas para sus discapacitados, pero nada como lo que nosotras estamos haciendo”, cuenta Daniela Sáez. “Fue motivante saber que nuestro proyecto es novedoso y ellos quedaron muy sorprendidos con la idea”, añadió. El mismo año viajaron a Medellín (Colombia) para competir en la Feria Científica CT+I, donde se repitió el éxito y encantaron a participantes y a la prensa.

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